Día duro

Esta mañana, nada más aparcar el coche y acercarnos al corral dónde duermen las cabras, me he dado cuenta de que algo no iba bien. Mi querida Mori no estaba en la puerta del mismo (es dónde siempre me espera para que la acaricie y le abra) y estaba dentro de su "caseta" tumbada. Mi marido y yo nos hemos acercado para ver que ocurría. Estaba apática, sin hambre, sin sed, y con el único deseo de estar tumbada. Me ha recordado tanto al problema que padeció Milka, el cuál le provocó la muerte, que no me lo he pensado dos veces en avisar a nuestra veterinaria.
Después de muchos lloros, mimos, apretones en su barriga, antibiótico y deseos de que se recupere, hemos recibido la visita urgente de nuestra veterinaria, la cuál ha concluido que padece lo mismo que Milka, generado por un empacho. Mi marido y ella le han hecho un montón de curas y la han medicado. Dado que yo lo único que hacía era estar nerviosa y llorando, me he mantenido cerca, pero sin ayudarlos. Y Garrapata y Cassola sólo hacían que chuparme el brazo.
Cuándo nos hemos marchado de la granjita parecía que Mori estaba mejor, incluso estaba comiendo algo de paja. Espero que los próximos días esten llenos de buenas noticias y se recupere totalmente, porque de no ser así, va a dejar una tristeza enorme.

Desde aquí, me gustaría agradecer a la veterinaria y a mi marido su gran ayuda e incondicional apoyo.

Os dejo una foto de mi querida Mori, tal y cómo es siempre. No os pongo una foto de cómo estaba hoy, porque es algo muy triste:

 

 

 

PERSAFARM