Como ya os dije en el post anterior, las oquitas perqueñas y los pavos viven en el campo. Los ubicamos en uno de los gallineros nuevos que aunque no tienen la puerta definitiva, sinó un sucedáneo, para salir del paso estos días ya nos vale.
Ayer por la tarde, mi marido no se acordó de cerrar a las oquitas y a los pavos y han estado "peligrosamente" libres. Esta mañana, al ir a ver cómo estaban, sólo habían 2 oquitas, y del resto ni rastro... Al rato, mi marido ha encontrado a otra oca, y mi suegro a los pavitos, que éstos últimos se fueron de paseo y acabaron en el terreno del vecino.
Y de Jirafa, mi pequeño, no hay ni rastro...
(Jirafa es el que aparece en primer plano)
En cuánto he podido me he incorporado a la búsqueda, pero no ha habido suerte. Así que, podéis imaginaros lo triste que estoy...
PERSAFARM
No hay comentarios:
Publicar un comentario