El viernes por la tarde, salimos de paseo con las cabras y las perras como hacemos habitualmente. A la hora de cerrar a las cabras en su corral, Maduixa aprovechó un momento en que estábamos despistados y se escapó a saludar a los perretes del vecindario. Como vuelve al cabo de un rato, no nos preocupamos demasiado y seguimos con nuestros quehaceres hasta que oímos un disparo de escopeta y justo después un ladrido. Ladrido que reconocimos como suyo... Buscamos y buscamos, pero no la encontramos... Aunque nos temíamos lo peor, el sábado seguimos buscando, pero sin resultado. Y ayer, cuando llegamos a la granjita, allí estaba ella... Pero nuestra alegría por verla duró poco... Enseguida nos dimos cuenta de que algo no iba bien, pues cojeaba de las patas traseras...
Aquí podéis ver (aunque no se aprecia muy bien) las consecuencias del disparo que recibió:
Ahora nos toca curar sus heridas, las físicas, según las indicaciones de nuestra veterinaria, y las morales, mediante mimos y cariño, pues está muy asustada. Sólo esperamos que se recupere pronto...
PERSAFARM
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